CAMO entrega $2.4 millones en equipo médico en Honduras

Cada caja empacada, cada pieza de equipo reparada y cada contenedor enviado cuenta una historia de generosidad. Este año, gracias al compromiso de cientos de voluntarios, CAMO transformó las donaciones en esperanza para miles de personas en toda Honduras.

En total, 492 voluntarios—personas que creen en el poder del servicio—dedicaron su tiempo a clasificar, reparar, empacar y distribuir recursos esenciales. Su trabajo silencioso, muchas veces detrás de escena, hizo posible que organizaciones en todo el país recibieran las herramientas que necesitaban para continuar cuidando a sus comunidades.

Gracias a su esfuerzo, 60 instituciones, escuelas, hospitales y clínicas recibieron 626 piezas de equipo médico, valoradas en $329,811.37, junto con 7,946 cajas de suministros, valoradas en $2,393,161.75. En total, 7 contenedores llenos de oportunidades, herramientas y ayuda llegaron a los lugares donde la esperanza se necesita más.

Estos enormes contenedores comienzan su viaje desde Ohio, EE. UU., recorriendo miles de millas hasta llegar a Honduras.

En el camino, pasan por diferentes puntos de control y regulación, donde los funcionarios verifican que todo el equipo y los suministros estén en buen estado.

Las donaciones de CAMO este último año llegaron a 11 departamentos en Honduras —Gracias a Dios, Choluteca, El Paraíso, Cortés, Santa Bárbara, Yoro, La Paz, Intibucá, Ocotepeque, Copán y Lempira—donde hospitales, escuelas y clínicas reciben los suministros que más necesitan.

Pero los números solo cuentan parte de la historia. Detrás de cada donación están las manos de los voluntarios que trabajan con el corazón: reparan el equipo pieza por pieza, restauran lo que parecía inservible, organizan y preparan cada envío para que llegue seguro a su destino y pueda salvar vidas.

Su trabajo representa miles de dólares en ahorros y recursos que se redirigen directamente a la atención de pacientes.

Este esfuerzo colectivo nos recuerda que, cuando una comunidad se une, la esperanza se multiplica.
Con cada acto de servicio, CAMO y sus voluntarios continúan transformando la compasión en un cambio real y sostenible para Honduras.

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