La valentía de Patricia: de la pérdida al triunfo sobre el cáncer
De vender tortillas frescas por la ciudad a trabajar en limpieza, Patricia (57) ha trabajado arduamente a lo largo de los años para mantener a su familia. Lo que muchas personas no ven detrás de su sonrisa es una historia de pérdida, valentía y redención.
A temprana edad, Patricia perdió a su madre debido al cáncer cervicouterino (falleciendo a los 50 años). Con dolor en su voz, compartió: “Mi mamá murió apenas un año después de ser diagnosticada”. Determinada a no repetir la historia de su madre, Patricia se hizo revisiones anuales fielmente desde sus veinte años. A los 52 años, el mayor miedo de Patricia se volvió realidad cuando fue diagnosticada con cáncer cervicouterino. “No podía creer lo que estaba escuchando, pero sabía que era momento de luchar, esta no sería la forma en que terminaría mi historia”.
En medio de su largo y doloroso camino, llegó la pandemia de Covid-19, y como a muchos otros, ya no pudo trabajar ni asistir a sus tratamientos de radiación. “No tenía trabajo ni dinero, pero CAMO me ayudó con mis chequeos, así como con el ánimo y el apoyo que necesitaba para seguir sanando”.
Ahora libre de cáncer, Patricia anima a otras personas con su historia: “Les digo a las mujeres que se hagan su prueba de Papanicolaou cada año y que no se descuiden. Si alguien no sabe qué hacer, yo iré personalmente con ella. No hay necesidad de tener miedo, ¡solo hay que cuidarse!”
Gracias a la generosidad de personas como usted, los Programas de Salud de la Mujer de CAMO continúan ofreciendo citologías, mamografías, ultrasonidos y atención que salva vidas a más de 5,000 mujeres cada año, de manera digna. La vida de Patricia —y la vida de muchas otras— es un testimonio de la esperanza que hace posible tu apoyo.
Desde su lanzamiento en 2012, el Programa de Salud de la Mujer de CAMO en Honduras ha brindado colposcopias, crioterapias y ahora procedimientos de conización a mujeres remitidas por sus médicos generales o especialistas en gineco-obstetricia.