Neurocirugía – Gratitud
Doña Berta inició su caminata de 4 horas a las 3 a.m. solo para poder ver al equipo de Neurocirugía de CAMO, pero ella no esperaba un milagro; esperaba agradecer a los neurocirujanos por darle una curación milagrosa. En las oficinas de CAMO, el Director Ejecutivo de Honduras, José Bautista (con su habitual espíritu gentil) le preguntó a Doña Berta si ella era un miembro de la familia de uno de los pacientes. “No”, respondió ella. “Fui paciente de brigada el año pasado. Solo vine a decir gracias.” José apenas pudo contener su alegría mientras caminaban hacia el lugar donde el equipo de neurocirugía estaba examinando pacientes. Cuando vio al Dr. JC Tabet, al Dr. Roberto Álvarez, a Ed Rhodes, a Mary Harris, a Marlene Bennett y a Deb Sorge, ya no pudo contenerse. Doña Berta saltó a los brazos del Dr. JC Tabet. Durante veinte años, ella sufrió mucho dolor. ¡Hoy se sentía libre y feliz! Para médicos y enfermeras, el regalo de gratitud es el regalo más memorable de todos.
CAMO atiende a pacientes que provienen de condiciones de vida humildes, que trabajan 12 horas al día haciendo un promedio de Lps.80 al día y que caminan kilómetros con la esperanza de recibir ayuda. Pero es imposible incluso para una familia trabajadora pagar una cirugía que requiera más de $ 50,000 en instrumentación y electrodomésticos. Este año, algunos de los casos fueron devastadores para el equipo, más allá de la capacidad de comprensión de cualquier persona en Honduras (incluido el personal de CAMO). Por ejemplo, la falta de recursos condenaría a una madre de 22 años a la parálisis inminente debido a un tumor vascular en el cuello. Esto hace que nuestros equipos de trabajo se enfrentan a decisiones difíciles. Veinticinco consultas son preseleccionadas, y luego solo 12 pacientes con la esperanza de recuperar la movilidad y la ausencia de dolor son seleccionados para sus cirugías de columna. Algunas personas podrían esperar hasta el próximo año, pero otras no sobrevivirían. Estas son las decisiones que enfrentan el Dr. Robert Álvarez de Honduras y su contraparte estadounidense, el Dr. JC Tabet.
Don José fue uno de los afortunados. Cinco días después de una importante cirugía de la espalda, Don José salió del hospital, aliviado de su dolor anterior. La sonrisa en el rostro de su esposa muestra el impacto que esta cirugía tendrá en su vida y la de su familia. No es posible en una semana que el equipo pueda ayudar a todos los que lo necesitan, pero CAMO agradece la oportunidad y los medios para ayudar a 12 personas. Sin el apoyo incondicional de los profesionales médicos que ofrecen voluntariamente su propio tiempo y dinero para mejorar las vidas de las personas no podríamos lograrlo. La gratitud de Doña Berta, es innegable, y tal gratitud es contagiosa y es lo que nos motiva a seguir adelante.